lunes, enero 02, 2006

JUSTICIA TRIBUTARIA PARA LA FAMILIA

Hace poco, la prensa reveló estadísticas que muestran una significativa caída en la
tasa de natalidad en Chile, lo que significa que la población de nuestro país comenzará a
disminuir a partir de ahora.
Se trata de un hecho muy negativo y que es consecuencia de medidas contrarias a
la natalidad puestas en aplicación por la Concertación en los últimos años. En efecto, se
refiere a diversas políticas adoptadas en materia educacional, de salud, de familia y
laboral que, fundadas en una visión ideológica, han generado, sistemática y
planificadamente, este resultado.
Las reformas que debilitan la familia, la promoción de la anticoncepción y la
esterilización incluso sin consentimiento, una educación sexual centrada en el sexo como
objeto, la falta de flexibilidad laboral para las mujeres y muchas otras medidas que tienden
a rebajar la dignidad de la naturaleza humana están pasando la cuenta a la sociedad
chilena.
A pocas semanas de una segunda vuelta electoral, donde debe definirse quien
gobernará el país durante los próximos años, creemos que es la oportunidad de promover
una política pro-natalidad, fundada ya no en ideologías, sino en el humanismo cristiano
que tanto se ha hablado en estos días y una de cuyas consecuencias naturales es la
promoción de la vida y de la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una
mujer.
Junto con ese fundamento, proponemos algunas medidas concretas en pro de la
natalidad y de la familia:
1. Apoyo a la educación de los niños y jóvenes:
Hoy las familias que destinan parte de sus ingresos a mejorar la educación de sus
hijos (a través del financiamiento compartido en la educación subvencionada, o del pago
de matrícula en colegios privados) son castigadas por el Estado, dado que deben pagar
impuestos por esos dineros.
Proponemos un verdadero “cheque marzo” para las familias, donde el Estado
devuelva a los padres el dinero que ellos hayan invertido en la educación de sus hijos,
permitiendo el descuento de impuestos de esas cantidades y transformándola en una
devolución de impuestos anticipada para ayudar en los gastos de escolaridad (con un tope
para focalizar la ayuda en familias de bajos y medianos ingresos).
2. Becas para hijos de trabajadores
Hace unos años atrás el Servicio de Impuestos Internos derogó por la vía
administrativa un beneficio del cual gozaban los trabajadores, que consistía en que las
empresas no debían pagar impuestos por las becas que les daban a los hijos de los
trabajadores.
Proponemos establecer de manera permanente este beneficio, para que en los
contratos individuales y colectivos de trabajo se pueda incluir como beneficio el
otorgamiento de becas a los hijos de los trabajadores, desde la educación preescolar hasta
la educación superior, sin que las empresas deban pagar impuestos por ello.
3. Reconocimiento tributario del matrimonio
El matrimonio como base de la familia significa, desde un punto de vista
económico, una verdadera sociedad que forman un hombre y una mujer, donde se aporta
el trabajo en el hogar y fuera de él, los bienes de cada uno, en fin, todo lo necesario para
desarrollar ese proyecto común.
Hoy el sistema tributario no reconoce esa situación, y cuando un hombre o una
mujer deciden dedicar parte de su tiempo al hogar deben sufrir una carga tributaria
superior a la de quien no hace ese aporte en beneficio de su familia y de la sociedad.
Para cambiar esta situación, proponemos establecer tres contribuciones del sistema
tributario a la familia en esta materia.
La primera es otorgar un crédito contra impuestos a las familias que tienen hijos,
por el plazo de un año y como un apoyo al financiamiento de los gastos familiares. Así,
sería descontable de impuesto una cantidad mensual para premiar el sacrificio económico
de la familia.
La segunda es permitir a los matrimonios que, para los efectos de su declaración de
impuestos, puedan juntar sus ingresos y dividirlos en partes iguales, de manera de reducir
su carga tributaria cuando uno de ellos deja de percibir ingresos por dedicarse a las
labores del hogar y que no son reconocidas como trabajo por la legislación.
La tercera es otorgar un crédito contra impuesto a las familias que acojan en su
hogar a una persona de la tercera edad que no posea ingresos significativos, como una
forma de premiar a quienes cuidan a sus antecesores y que constituyen un aporte
importantísimo para la cohesión familiar.
Es, sin duda, el momento de dar pasos efectivos para apoyar a la familia y
restablecer los valores que deben darle solidez a nuestra sociedad. Aquí hay tres medidas
concretas para hacerlo.

Marco Antonio González I.
Director Ejecutivo
Fundación Jaime Guzmán E.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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-- Samarra Semanczyk (1984-)